Estudié Administración y Dirección de Empresas en Madrid y tras ocho años trabajando en una multinacional de tecnología, en 2017 hice la maleta y me trasladé al sur, a la Costa de Luz. Siempre me había imaginado a mí misma viviendo en la playa y mira por donde se hizo realidad más pronto que tarde. Me regalé un tiempo donde volver a estudiar y plantearme qué quería hacer a partir de ese momento y siete años, tres mudanzas, una gata, un perro y dos niñas después, me atreví a dar el paso de empezar a trabajar en este gran proyecto que se llama Lavandera. -¿Por qué Lavandera? Es una larga historia pero, en resumen, la lavandera blanca es un pajarito que para mí, desde que estuve de Erasmus en Suecia, siempre había sido señal de que iba por el buen camino y de que algo bueno estaba a la vuelta de la esquina. Diplomática, tranquila, práctica, valiente, detallista y resolutiva, le doy mucha importancia a lo que decimos y a cómo lo decimos. Somos pura energía y en nuestras palabras la transmitimos. Me encanta andar descalza, el cocido madrileño, los animales en todas sus formas, estar cerca del mar y pasar tiempo en la naturaleza, en compañía de mi gente o disfrutando de mi soledad, que ahora que soy madre la valora más que nunca. Me gusta divertirme con la vida y buscar formas para salir de mi zona de confort. Te invito a descubrir los rincones de Huelva y el Algarve que sobreviven al turismo masivo a través de viajes alternativos y experiencias efímeras fuera de las rutas más conocidas, con la naturaleza y el bienestar como pilares fundamentales. ¿Me acompañas?